Te doy mis ojos
HOY 23 de febrero. Córdoba: ELLA ASESINADA Y ÉL ARRESTADO. Este juego maldito no se acaba por denunciar, aunque sea lo pertinente. Ella denunció, y después volvieron. ¿Ingenuidad? ¿Complacencia? ¿Otra oportunidad? Y van… ¿cuántas? Este juego maldito se acaba cuando uno de los dos deja de jugar (porque se juega de a dos, ¿te diste cuenta?), y para dejar de jugar y no morir en el intento, hace falta aprender… sí, aprender, algo nuevo, porque simplemente cualquier aprendizaje empieza así. Podés encontrar pistas en el capítulo 10 del libro Las mujeres que aman demasiado. También en mi libro El amor bueno. Es gratis. Yo empecé a aprender cuando pesqué esto (y creeme, era jodidamente nuevo): “El grado de maltrato que recibo está en relación directamente proporcional a mi grado de ingenuidad y/o complacencia”. Lo encontré en AMAP: Asociación de Mujeres Adictas a Personas allá por el 96. Me quedé aprendiendo allí unos cuantos años. Y con esas “semillas” sigo aprendiendo, sigo creciendo. Si querés ver todo esto: que se juega de a dos, que si yo dejo de jugar el juego se acaba… y unas cuantas cosas super útiles sobre los modos del amor bueno, mirate la peli 2021 La boda de Rosa, y de paso pasátelo bomba. Está en unos cuantos sitios incluido Cuevana. Otra opción, y de la misma directora, es la multipremiada Te doy mis ojos. Ella nos brinda «sus ojos», aunque el asunto es siempre el mismo: poder «ver» depende de poder aceptar (valorar) ESOS OJOS.