En el 93, a propósito de la creación de La Semilla (así llamé a No Quiero Dietas en un principio) quise plasmar, en modo poesía, mi visión acerca del cuerpo. Ésta es:
“Un árbol es único.
En él hay belleza, crecimiento, maduración, frutos.
Si está sano toma la forma que tiene que tomar,
la forma que le es propia,
y esa forma es bella siempre.”
Hoy quito eso de “si está sano”, porque veo el sentido de toda condición. Toda condición son “las cartas de turno” para jugar el juego de la conciencia, el juego al que, como Humanos, estamos todos invitados. O sea, “en la dificultad está la oportunidad”.