Lo genuino y profundo: el amor genuino y profundo, la compasión genuina y profunda, la fraternidad genuina y profunda… Todo lo que es así: lo vemos o no lo vemos. Lo que no podemos es querer ver si la calidad de nuestra conciencia, con suerte en desarrollo, aún no nos permite ver. Aunque siempre es misericordioso que, si no vemos, no nos enteremos de que no vemos. Esta es la función de las parábolas desde siempre y para siempre. Y esta peli es una super parábola: grafica sin palabras la fraternidad genuina y profunda, la responsabilidad-amor genuina y profunda hacia nuestros mayores… y unas cuantas cosas más genuinas y profundas que, si las vemos, las vemos. Y aquí ver significa espejar con nuestras realidades, y de una manera que nos atraviese ése aspecto de nuestra mente que llamamos corazón. Cuando esto pasa, surge una nueva comprensión: una semilla que hará crecer nuevas realidades. Por eso las parábolas son cuentos: para espejar.
Que tengamos ahora, espejados por la parábola-pandemia, un genuino y profundo sentido de fraternidad familiar, comunitaria, universal.