«Sabemos que un número de personas tuvo recientemente que estar afligida, está ahora afligida, o estará afligida en el casi inmediato futuro. Esto es, en verdad, el confuso estado dentro del cual vivimos. Si nosotros preguntamos cuál es la gran causa singular de aflicción en el mundo, el zen podría responder: la actitud. Detrás de toda aflicción, hay una actitud. Una actitud es un punto fijo interno. En términos del zen, significa que el individuo dejó de moverse: inevitablemente su vida será perjudicada.« – Del libro La clara virtud del zen.

Lo tengo verificadísimo: es un imposible tener actitudes diferentes partiendo de las ideas que tenemos y que, en principio, han contribuido a crear esas actitudes. Y sólo tengo un aviso para darme cuenta de que necesito «moverme», y que para eso también necesito ideas «nuevas»: la aflicción, sea en su modalidad miedo, tristeza, angustia, culpa…
Pocos libros me evocan con tanta certeza la garantizada delicia del encuentro con ideas que han modificado, especialmente, mis actitudes.
  • «Virtud significa concordar con la manera en que opera el universo, y adquirir así un sentido del poder no ligado al yo: un poder que no viene de oponerse a las cosas sino de fluir con ellas. Con-fluir es la virtud. Con-ser es el poder.»