Encendiendo tu estrella
Quiero contarte sobre Ilu-minas: mujeres que producen. La idea me vino hace unos 3 años, vino de mi enorme y fértil “agujero negro cósmico interior”, al cual algunos llaman «La Fuente», otros «El Campo de Infinitas Posibilidades», y otros, como mi amado Maurice Nicoll, científico, llaman «La Sexta Dimensión». Otras ideas que claramente me han surgido de ahí también (bah, casi todas jeje!), veo que cumplen con un principio que Jung puso de relieve con el nombre “sincronicidad”, porque la verdad, sincroniza perfectamente con el actual estado pandémico y la necesidad de salud física, psicológica y económica de desarrollar proyectos y emprendimientos.
Jung también decía que sólo el “sanador lastimado” tenía la capacidad verdadera de sanar, o sea de transmitir a otro ser humano los recursos y quehaceres para adquirir la capacidad de sanarse a sí mismo. Así que fiel a esta experiencia personal, repetida al infinito en infinitos proyectos y emprendimientos míos desde que tengo uso de razón, y más conscientemente desde que abrevo en el conocimiento universal a través de Escuelas, de pares, también Ilu-minas se desarrollará “haciendo camino al andar”.
Me interesa tanto la calidad del andar como la del camino y los resultados, y creo que a esto contribuirá el hecho de que hasta diciembre será sin cargo para los participantes que comenzaron cursos a mediados de abril, y que el arancel será prácticamente simbólico para los demás.
Quiero, deseo, que sea un espacio abierto a todo público, a cualquiera que le vengan ganas de un grupo de pares en el marco de una Escuela, así que, obvio, los hombres son muy bienvenidos.
Entre todos nos iremos nutriendo de ideas y recursos, aclararemos dudas y corregiremos rumbos y, especialmente valioso, contaremos logros: los preciados testimonios que muestran, que enseñan porque espejan.
Dicen que “como es arriba es abajo”.
¿Sabías que para que se forme y encienda una estrella hacen falta solamente 3 ingredientes?
Sí, sólo 3: hidrógeno, gravedad y tiempo.
¿Sabías que para que un ser humano se convierta en “estrella”, en centro iluminado de su propio mundo, también hacen falta 3 ingredientes?
¡Y son los mismos, Ja!
Estos son:
- Hidrógeno (emociones negativas: hartazgo de querer lo que no tengo, sea del ámbito físico, del ánimo, las experiencias o los bienes).
- Gravedad: la atracción que este hartazgo ejerce sobre La Fuente.
- Tiempo, claro: la “cinta transportadora” para la repetición de las experiencias imprescindibles, repeticiones que generarán la fricción indispensable para el encendido de la estrella.
Cada uno de nosotros posee ese fértil agujero negro de increíble gravedad/atracción, y cada uno de nosotros produce diariamente mucho hidrógeno: si no es el miedo es la rabia, si no es la angustia es la tristeza, ¿cierto?.
Mi propuesta es que utilicemos todo, que aprovechemos todo, y encendamos cada estrella.