«Si un hombre no mantiene el ritmo con sus compañeros, quizás sea porque escucha un tambor diferente», decía Thoreau. Mi tambor repica muy agradablemente, aunque lo suyo es hacerme escuchar la música de las palabras, de cada una, o del «engarce» de varias. Sé que es música porque, al igual que les pasa a otros con la música-música, me produce la cancelación del tiempo: pasado y futuro, instalando un presente pura sensación, puro éxtasis… y «extendiendo» la música con esa palabra, te cuento que viene de «ektasis», que significa «fuera del ego». Ése tambor que tenemos todos, y que repica de tan variadas maneras y en tan diversas actividades, qué gloria es escucharlo. Feliz Día del Músico!