Al deseo de adquirir nuevos poderes psicológicos, como la voluntad de hacer aquello que hasta el momento queríamos pero no podíamos, suele llamarse desarrollo espiritual. El desarrollo espiritual es un asunto absolutamente práctico y con un destino práctico: concretar, en los vínculos y los asuntos, maneras más efectivas, inteligentes y empáticas.
El desarrollo espiritual tiene un objetivo y sólo uno: el bien; aunque ese objetivo es, en realidad, un proceso perpetuo. Lo concreto obtenido nos da la ilusión de “meta”, pero lo cierto es que es un proceso: una forma de vida que agrega una mayúscula a la palabra y la transforma en Vida.
Por ésto, bajar de peso y afianzar un mantenimiento saludable y disfrutable es, sin duda, un poder psicológico creado en un desarrollo espiritual, ¿cómo?: de nuestro par mental, el ego y el ser, es el ser el que lleva las riendas, ya que es quien, por su naturaleza inherente, puede ejercer «el basta», «el suficiente», el «hasta aquí» a través del único recurso/poder psicológico posible: la atención, responsable, desde siempre y para siempre, del desarrollo espiritual o empoderamiento psicológico hacia El Bien: lo mejor en cada cambiante circunstancia.
Mi peso es mi camino: es el contexto para aprender y practicar «el suficiente», ¿cuál es el tuyo?, es decir, el suficiente, ¿dónde te toca aplicarlo? ¿en una sustancia, actividad, asunto o relación? ¿podés? ¿sabés cómo hacerlo de manera que funcione?