Del cap. DEJAR DE CONTROLAR del libro ¿QUIÉN MUERE?

El control esclaviza. El control es quien defiende a la mente que se aferra. -Stephen Levine
  • Allá por el 96, cuando entré en mi amado grupo de anónimos (AMAP: anónimas mujeres adictas a personas), el 1er paso de los 12 es el que más «sembró» en mí la posibilidad de recuperación: Reconozco que mi vida se ha vuelto ingobernable. Aunque, hacer de este paso una «raíz» (sin la cuál no hay «crecimiento») implica «ver» la ingobernabilidad de una manera «nueva», porque significa pensar de una manera nueva, comenzando, como dice Fellini «dejando de normalizar la indecencia», o sea, dejando de normalizar las maneras adictivas tan «normales»: cuando estoy rescatando, o persiguiendo o victimizándome… y creeme, esto es tan «normal» que sin un «nuevo» conocimiento/datos/informaciones (con el cual contrastar) ni siquiera es difícil sino imposible la recuperación enserio, ya que, si la adicción es a una sustancia, puede pasar de una sustancia a otra, porque el «sustento» de cualquier adicción son las maneras del CONTROL AL VINCULARSE que adiviná: parecen amor. Lo de Fellini de «indecencia», creo que no me equivoco demasiado si lo refiero a que la recuperación-enserio crea una «nueva» ética vincular. A mí me gusta llamarle una nueva «inteligencia vincular».