A principios del 97 empecé a trabajar de manera individual con un programa de nueve encuentros. Conozco entonces a Analía F. A poco de comenzar me dice que percibe a los Ángeles.
Analía había visto mi aviso con el eslogan “Cuando hacer dieta engorda” y lo había asociado con un mensaje que los Ángeles le habían dado acerca de su situación con la comida. Me lo lee y quedo shoqueada: de alguna manera describe aspectos centrales de mi trabajo.
Hasta ese momento la palabra “Ángeles” me resultaba sólo como perteneciente a los relatos bíblicos; aunque también me evocaba el recuerdo de lo que le había escuchado decir a Clara Bercovich, mi profesora de yoga, en aquellas reuniones en su casa desde mis 22 a 28 años, donde, a través de los “chismes espirituales” durante el té posterior a la meditación, empecé a anoticiarme de la existencia de otras realidades completamente ajenas a mi mundo.
Clara dijo que un hindú no percibiría a los Ángeles como a nosotros se nos representan, simplemente porque su cultura, su “programación”, no contiene este “programa”; sin embargo, es una energía y como tal es universal, así que cuando un hindú los percibe las formas son acordes a sus códigos.
No recuerdo si fue en ese encuentro o al terminar los nueve, lo cierto es que me regaló el mensaje. Éste es:
Todo está en calma. Todo está bien. En lo profundo no hay conflicto. No te pierdas en las tonterías de la superficie.
Comer lo necesario y cuando sea necesario. Puedes estar bien sin comida de más. No temas. Aquí estamos y allí estaremos. Sólo hay que tomar la decisión. Puedes hacerlo. Los elementos para luchar están en tus manos. Todo está a tu alcance.
Sería importante que pudieras conocer cómo eres realmente sin esa necesidad compulsiva de comer. Déjate llevar por tus sensaciones internas, no por las ganas de comer. Esas son ficticias y sólo entorpecen el avance hacia otras cosas. Anímate a verlas. No será tan difícil. El trayecto es corto y lleno de luz. No estás sola. Tienes mucho amor.
Nuevamente gracias Analía F.
- De mi libro en preparación El amor bueno en acción capítulo Ángeles